La iluminación permite resaltar ciertas características y rasgos de nuestro protagonista en las fotos y dependiendo de esta, sabremos cuál es la intención que se quiere comunicar a los espectadores.
Existen 2 tipos de luz que se utilizan normalmente, la luz dura y la luz suave; la primera va enfocada a los contrastes altos y marcados.
Por otra parte, la luz suave maneja los contrastes bajos permitiendo visualizar mejor los detalles de la fotografía, recordando que las transiciones son más o menos visibles.
Es una luz más apegada a la luz natural, maneja una transición de sombras sutil y hace que parezca que “no está ahí”, para lograrla correctamente es indispensable tener una fuente de luz amplia y difuminada.
Los difusores serán de gran ayuda en este ejercicio y utilizando un flash o la luz natural se puede lograr correctamente
Generalmente se utiliza para expresar ternura, romance o tristeza por la cantidad de detalles que se representan.
Posee sombras muy oscuras y bordes marcados, a menudo son ejemplos con un contraste muy alto logrando dar mayor dramatismo a nuestra imagen.
Para lograrla de manera correcta es necesaria una luz directa, a menudo se utiliza para expresar fuerza, agresividad o seriedad.
Recuerda que la iluminación nos permite expresar una intención u otra según sea el caso, por lo que la experimentación es clave en la búsqueda de la “imagen perfecta” ya que, puedes ocupar una u otra o combinarlas para obtener resultados variados.
Es importante que te apoyes de distintas herramientas para lograr tu cometido, no siempre necesitarás de equipo profesional para conseguirlo, sin embargo, hará que se facilite tu técnica.
Aún así, la creatividad es clave para seguir practicando y obteniendo esas imágenes increíbles.